Recuerdo perfectamente la emoción que sentí la primera vez que planeé mi escapada a las Islas Cíes. Tenía grabada en la retina la imagen icónica de la playa de Rodas, ese arco de arena blanca finísima bañado por aguas turquesas que parece sacado de un catálogo caribeño, pero con el toque mágico y salvaje de nuestro Atlántico. Había oído hablar maravillas de sus senderos, de sus faros con vistas infinitas, de esa sensación de naturaleza pura y protegida. Tenía los billetes de barco casi comprados, la mochila medio preparada y la ilusión por las nubes. Y entonces, justo a tiempo, un amigo bien informado me soltó la bomba: «¿Tienes ya la autorización de la Xunta? Sin eso, olvídate de embarcar». Casi me da algo. ¿Autorización? ¿Para ir a una isla aquí al lado? Pues sí, amigos, y menos mal que me enteré a tiempo, porque la obligatoriedad de la autorización islas cíes es el peaje indispensable para acceder a este paraíso, un sistema necesario para proteger su fragilidad y que, si no lo conoces, puede convertir tu soñado viaje en una frustración monumental en el mismo puerto de salida.
Aquel susto inicial me sirvió para entender por qué existe este requisito. Las Cíes forman parte del Parque Nacional Marítimo-Terrestre das Illas Atlánticas de Galicia, un tesoro natural con ecosistemas muy sensibles. Limitar el número de visitantes diarios es la única forma de garantizar su conservación, de evitar que la presión humana degrade sus dunas, su flora, su fauna y la increíble transparencia de sus aguas. Así que, aunque pueda parecer un trámite engorroso, es una medida fundamental y responsable. La clave está en planificar con antelación y seguir los pasos correctamente. Lo primero y más importante: la autorización se solicita única y exclusivamente a través de la página web oficial de la Xunta de Galicia habilitada para ello (actualmente es autorizacionillasatlanticas.xunta.gal, pero siempre es bueno verificarlo buscando «autorización Illas Atlánticas Xunta» en un buscador). Desconfíen de cualquier otra página que ofrezca este servicio, ¡podría ser un timo!
El proceso, una vez localizado el sitio oficial, es relativamente sencillo, pero requiere atención y, sobre todo, anticipación, especialmente si planeas viajar en temporada alta (verano, Semana Santa, puentes…). Las autorizaciones suelen poder solicitarse con bastante antelación (hasta 90 días antes, aunque esto puede variar), y las plazas vuelan, literalmente. Necesitarás indicar la fecha exacta de tu visita (si es solo un día) o las fechas de entrada y salida (si vas a alojarte en el camping, que requiere una reserva previa aparte). Tendrás que introducir los datos personales de TODOS los visitantes, incluyendo nombre completo y número de DNI, pasaporte o documento identificativo equivalente para cada uno, ¡también los niños! Es fundamental tener esta información a mano antes de empezar, porque el sistema no espera eternamente. Una vez completado el formulario y si hay plazas disponibles para la fecha seleccionada, el sistema genera una especie de pre-reserva con un código identificativo. ¡Pero ojo, esto todavía no es la autorización definitiva!
Aquí viene el segundo paso crucial, que hay que realizar casi de inmediato: con ese código de pre-reserva, tienes un tiempo limitado (normalmente un par de horas, compruébalo bien en la web) para comprar los billetes de barco correspondientes a esa fecha y a esos visitantes en una de las navieras autorizadas para operar la ruta (las que salen desde Vigo, Baiona o Cangas). Solo cuando la naviera confirma la compra de los billetes utilizando tu código, la autorización se valida definitivamente. Recibirás entonces por correo electrónico la autorización final, un documento que deberás llevar contigo (impreso o en el móvil) junto con tu DNI o pasaporte y los billetes de barco. Te lo pedirán al embarcar y es posible que también te lo soliciten en la propia isla. Si no compras los billetes de barco en el plazo estipulado, la pre-reserva caduca y pierdes la plaza. ¡Así de simple y así de estricto!
Mi consejo, después de aquel susto inicial, es planificar el viaje a Cíes con la mayor antelación posible, sobre todo si tus fechas son fijas y coinciden con periodos de alta demanda. Sé flexible si puedes; a veces, encontrar plaza un martes es más fácil que un sábado. Ten preparados los datos de todos los acompañantes antes de entrar en la web de la Xunta. Una vez obtengas la pre-reserva, no te demores y compra los billetes de barco inmediatamente. Si buscas una experiencia más tranquila y con menos aglomeraciones, considera visitar las islas en mayo, junio, septiembre o principios de octubre. El clima en Galicia suele ser agradable en esos meses, la luz es preciosa y la sensación de paz es mucho mayor. Para organizar el viaje desde otras ciudades gallegas como Santiago, A Coruña, Lugo u Ourense, ten en cuenta el tiempo de desplazamiento hasta los puertos de salida (Vigo, Baiona o Cangas) y los horarios de los barcos para coordinarlo todo y evitar carreras de última hora.
Este paraíso cercano bien vale la planificación y el pequeño trámite de la autorización. Asegurarte de tenerla es garantizar que podrás desembarcar y maravillarte con uno de los rincones más espectaculares de nuestra costa, contribuyendo además a su necesaria protección.
La visita a este enclave protegido requiere una gestión previa indispensable para regular el flujo de visitantes, asegurando así la preservación de su valioso entorno natural y garantizando una experiencia sostenible para todos los que tienen el privilegio de conocerlo.