En la mayoría de los sectores, las empresas no están obligadas a ofrecer pólizas de salud a sus empleados, pero este servicio ha ganado enteros en los últimos años. Entre las razones, suele mencionarse la mejora de la imagen corporativa, el incremento del bienestar de la plantilla o la fidelización de talentos. Pero Contratar seguro medico para empresas adeslas también presenta ventajas fiscales de importancia.
Las primas de este tipo de seguro pueden deducirse del impuesto de sociedades, un gravamen que asciende al veinticinco por ciento de las ganancias empresariales, afectando a las utilidades obtenidas ejercicio tras ejercicio. Otras tasas impositivas son aún más costosas. La posibilidad de reducir su base imponible es positivo para cualquier negocio.
Con los seguros de salud orientados a negocios, se logra potenciar el paquete de compensaciones o redistributivo con el que recompensar y sostener la moral de los empleados. Esta medida, en combinación con otras (formación gratuita, flexibilidad horaria, etcétera), mejora el nivel de satisfacción general, sin tocar la masa salarial.
Indirectamente, tanto las pymes como las grandes empresas que contratan seguros médicos logran un aumento notable de su productividad. Por descontado, los trabajadores más satisfechos son menos propensos al absentismo, un mal cada vez más extendido en el mundo empresarial y que se origina, por un lado, en una incapacidad puntual por motivos de salud y, por otro, en un bajo compromiso con la compañía y sus objetivos.
Otros beneficios de esta clase de pólizas incluyen la retención de talento, que afecta no solo a las bases de la organización, sino también a los directivos prometedores. Un estudio reciente reveló que cuatro de cada diez empresas se ve obligada a buscar directivos en el extranjero debido a la creciente fuga de cerebros.
En vista de lo anterior, disponer de coberturas médicas en la empresa beneficia no solo al bienestar de los empleados, sino también a la propia organización.